Una de las noticias más alentadoras en este último tiempo, es la llegada de las vacunas, luego de varios meses de investigaciones y pruebas de control. Este proceso acelerado se debe a que ya existía una información sobre el coronavirus “tipo 1”, causante del SARS-CoV-1, o síndrome respiratorio agudo, en el 2003. Se iniciaron procesos de producción de vacunas, que quedaron truncados porque la epidemia se contuvo relativamente pronto.

Al presentarse el SARS-CoV-2 ya había un precedente de estudios relacionadas con la elaboración de vacunas anti coronavirus, y fueron actualizadas, ahorrando varios años de investigación.

Las vacunas anti COVID-19, al igual que las demás vacunas, al ingresar al cuerpo, activan la producción de defensas naturales, produciendo una respuesta inmunológica encargada de reconocer al microorganismo contra el cual se inmuniza, generando anticuerpos que permitan que el cuerpo tenga memoria para reconocer al virus en caso de exponerse a un posible contagio.

En general, las vacunas pueden impedir que las personas enfermen, pero si se diera el caso, la COVID-19 sería leve, debido a que el organismo humano tendría una memoria que activaría rápidamente los mecanismos de defensa.

Es de relevancia vital cuidarse, cuidar de nuestra familia, acudir a fuentes oficiales para informarse sobre tratamientos, cuidados y vacunas.

No está por demás repetir que el uso de la mascarilla, el lavado de manos y la distancia social son la mejor estrategia de prevención. Pero lo más importante es recalcar que de esta pandemia solo saldremos con responsabilidad.

Fuente: https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/index.html

https://www.who.int/es/news-room/q-a-detail/vaccines-and-immunization-what-is-vaccination?adgroupsurvey={adgroupsurvey}&gclid=Cj0KCQiArvX_BRCyARIsAKsnTxN70noRKnyRlTMNKUVKPKEUeo9yDR1q8tyFj4g6AufSHPuZjFjeMPoaAgS_EALw_wcB

Servicio Médico UETM