MANEJO DE BERRINCHES O RABIETAS
Las rabietas de los niños entre los 2 a 3 años son conductas comunes y muchas veces son formas que tienen para desahogarse o comunicar sus emociones. Es el inicio del periodo de autoafirmación y podemos observar que empiezan a desobedecer, a querer “mandar”, gritar y llorar, quedarse en el suelo e incluso pegar.
Lo que podemos determinar de un berrinche o rabieta es lo siguiente:
– Refleja estados emocionales como, por ejemplo: la frustración, ansiedad, ira y/o agresividad.
– En ciertos casos, los berrinches pueden prolongarse debido a las diferencias madurativas de cada niño y al entorno que los acompaña como:
- Ausencia de normas claras y concretas
- Ausencia de coherencia entre padre y madre
- Ceder y cambiar las decisiones del adulto a causa del mal comportamiento del niño.
- Falta de consecuencias inmediatas por las conductas negativas.
- Falta de constancia de seguimiento de acuerdos en los padres.
- Prestar especial atención cuando el niño tiene un comportamiento no deseado incrementa y afianza la rabieta como método para conseguir lo que el niño desea.
Pautas básicas:
– Evitar las instrucciones diferentes y consensuar normas y reglas entre padre y madre. Los abuelos, tíos u otras personas a cargo del niño, deben apoyar los acuerdos y decisiones de los padres.
– No desautorizar al otro cuando ha hecho una intervención.
– Ser coherentes: modelar la conducta deseada sin recurrir a la agresión, ni a la pérdida de control.
– Expresar palabras de elogio cuando el niño logra resolver problemas o situaciones cotidianas sin recurrir al berrinche.
– Retirarle atención durante el berrinche y cuando el niño se muestra más calmado brindar una conversación-reflexión sobre lo sucedido, se le indica de forma concreta que su conducta no fue la apropiada y se puede mostrar alternativas para resolver el problema.
– Recurrir a la pérdida de privilegios como una consecuencia de comportamientos no deseados.
– Mostrar desaprobación y al mismo tiempo, expresar emociones del adulto frente a una conducta no deseada. Se puede decir, por ejemplo: “Te quiero mucho, pero me siento triste cuando tu …”
– Enseñar alternativas de respuesta frente a problemas de la vida cotidiana.
– Enseñarles como pedir lo que desean o requieren y manejar su ira para que se puedan expresar con calma.
– Aportar con ideas para distraerse y sobrellevar un berrinche a través de actividades, preguntas, o detalles del entorno que focalicen la atención del niño en algo más.
– Ser constantes, un niño que no está acostumbrado a la firmeza y a límites claros se mostrará más rebelde frente a normas y reglas.
– Cumplir con las consecuencias preestablecidas para que sus palabras sean creíbles por el niño.
Equipo Editorial UETM