¿Nos sentimos orgullosos de ser profesores?
En los últimos años, se ha iniciado un movimiento importante a partir de las necesidades de recuperación de la imagen profesional del maestro de enseñanza. En estudios como los de Luisa Guell, del año 2014, se mencionan algunas razones que describen la situación actual de los profesores, como son: la poca actividad y trabajo en equipo que pueda aportar de forma eficiente al docente, la falta de fluidez en la relación con los padres de familia, la relativa implicación de los profesores en el proyecto educativo y la percepción desgastada de los estudiantes en relación con la enseñanza y el aprendizaje tradicional. Todo esto sumado a la falta de motivación de los estudiantes, ha generado un ambiente negativo en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Por otro lado, profesionales del marketing y la comunicación[1] han llevado a cabo la tarea de realizar una medición de la influencia de usuarios en redes sociales y han hecho análisis sobre el marketing de influencia en moda para establecer los indicadores sociales que determinan influencia entre los jóvenes. Así tenemos que las redes sociales se han vuelto el medio por excelencia para posicionar a una persona en su entorno por medio de Instagram, Facebook Twitter que ofrecen códigos en común. Los likes, hashtag, y demás formas de retribución social por un post muestran la popularidad, la tendencia y moda de las generaciones actuales; aunque, no es lo único que puede llegar a generar influencia, puesto que, el engagement (la traducción literal sería compromiso y se refiere al grado de interacción entre el usuario y la marca, el producto o el personaje/tema de discusión. Puede medirse a través de los “me gusta”, “compartidos”, “comentarios” o retweets) demuestra la calidad de la influencia que los usuarios reciben, así como su predisposición a ser influenciadas…
A partir de esto, se han generado nuevas profesiones dentro del campo social de la comunicación: los llamados influencer. Cuya definición podría uno atreverse a definir a partir de lo que dice Concha Perez y Sergio Luque en su estudio sobre el marketing de influencia de moda: “ejes de atracción para el perfil millennial de los jóvenes…” Mientras que en web 40 de fiebre: “como una persona que cuenta con cierta credibilidad sobre un tema en concreto, y por su presencia en las redes sociales, puede convertirse en uno prescriptor interesante de una marca o un servicio”. Y, por supuesto, los followers, seguidores que son normalmente personas bien informadas que se han insensibilizado ante la publicidad tradicional.
Frente a este fenómeno, uno podría preguntarse por qué los chicos se acercan más a las redes sociales o influencers que a sus maestros… para aprender más sobre un tema. Una intención de respuesta sería que ellos han crecido con este tipo de tecnologías llegando a establecer lazos de apego y confianza. Estos lazos sostienen una relación familiar dado por su frecuencia de uso como su nivel de credibilidad; en alguna medida, las tecnologías de la información especialmente las redes sociales se han convertido en una autoridad para conocer y aprender. Sin embargo, este no es el argumento más fuerte, en realidad, es que “los chicos pueden sentirse perdidos en la escuela”, “no reconocen valor en el conocimiento que se enseña” y “han dejado de admirar a los profesores”, se podría decir que ha aumentado su nivel de frustración. Por tanto, sus emociones positivas no están conectadas ni con la escuela ni con el profesor. En este sentido, recuperar una imagen del maestro involucra motivar al estudiante a desear conocer aquello que propone la escuela, casi tanto como convertirse en un influencer.
Así, algunos docentes o profesores, por diversas circunstancias, se han visto en la necesidad de recurrir a las redes sociales como plataformas de transmisión de conocimientos llegando a tener muchos seguidores de distintos rangos de edad, principalmente jóvenes. Un ejemplo es David Calle, quien comenzó a hacer videos de clases sobre disciplinas como física, química, matemáticas, entre otras, y cuenta actualmente con 1.2 millones de seguidores. Estos seguidores afirman, en los comentarios de los videos colgados en Youtube, que David se ha convertido en “un profesor”, “un colega”, “un amigo…” Esta cercanía puede darse debido a la oportunidad del contacto intuitivo dentro de una comunidad “familia” que se da entre David y sus followers por medio su engagement, generando así una nueva percepción de la imagen de profesor, pero no el de la clase, sino aquel que se avienta a figurar en las redes sociales.
El caso de David Calle no es el único, tal es así que otros docentes han ido por el mismo camino y han formado comunidades virtuales entre docentes donde pueden compartir sus desafíos en la educación y en relación con las nuevas tecnologías de la información. Esta comunidad inició como el movimiento#realinflencers que actualmente, está empoderando a los maestros en sus roles educativos y comunicativos, dando lugar a un impacto positivo en el trabajo de equipo, mayor involucramiento en los proyectos educativos y una percepción positiva en la imagen del profesor.
Ahora bien, no todos los maestros pueden o quieren involucrarse en las redes sociales para transmitir o generar conocimiento en sus alumnos. Pueda ser que sus destrezas con el aprendizaje y la enseñanza digital están en desarrollo o sus habilidades comunicativas frente a medios audiovisuales les intimiden, dando lugar a una situación incómoda al momento de utilizar estas herramientas. No obstante, lo relevante aquí, no es si son buenos comunicadores o si utilizan bien las tecnologías de la información, es que este nuevo maestro se atreve a dar un paso frente a lo desconocido, en un aula que no existe y un alumno que no está presente. Parece ser que la naturaleza del maestro ha cambiado, ahora es virtual, el alumno ha creado un aula cuya arquitectura física ha cambiado totalmente.
En este punto, cómo lograr que los niños y niñas deseen aprender lo que la escuela ofrece, tanto como lo que ofrece la Red. Pues, es una tarea ardua porque implica un empoderamiento del profesor donde la tecnología juega un papel determinante, no lo reemplaza, pero si potencia en el aprendizaje integral, colaborativo, pero único e individual. No se puede pensar una educación sin tecnología porque no concebimos una sociedad sin tecnología. Entonces, toca arriesgarse a utilizar estos recursos y herramientas para ubicar a los maestros como verdaderos seres que generan gran influencia en sus estudiantes.
En fin, lejos de tener una postura utilitarista del conocimiento debido a que la visión de las redes sociales pueden ser plataformas de consumo y marketing, valdría la pena preguntarse si es posible generar verdadera influencia en el aula sin necesidad de utilizarlas, y/o si, por el contrario, estamos en una sola vía, es inevitable hablar con de nueva imagen del profesor sin sumergirnos en la Red y las TIC; en este sentido, ¿ somos conscientes de las oportunidades y limitaciones que da la internet para convertirnos en maestros, guías, #realinfuencers?
[1] Pablo Lara-Navarra, Alexandre López-Borrull, Jordi Sanchez-Navarro y Pau Yànez, (2018). “Medición de la influencia de usuarios en redes sociales propuesta SocialEngagement”.
Referencias:
Lara-Navarra, P., López-Borrull, A., Sánchez-Navarro, J., & Yànez, P. (2018). Medicion de la inflluencia de usuarios en redes sociales: proopuesta SocialEngagement. El profesional de la informción, 899-908.
Pérez-Curiel, C., & Luque-Ortiz, S. (2018). El marketing de la ifluencia en moda. . adComunica. Revista de Estrategias, 255-281.
Realinfluencers. (16 de Enero de 2019). Realinfluencers © 2019 Blinklearning. Obtenido de https://www.realinfluencers.es/realinfluencers-el-movimiento-por-los-docentes/
Sobre 40 de fiebre. (15 de Enero de 2019). Obtenido de https://www.40defiebre.com/que-es/influencer
Jacqueline Rivadeneira
Subdirectora de Bachillerato