Todos hemos esperado con mucha ilusión y, sí, un poco de ansiedad, el momento de regresar a las actividades normales como el colegio, las actividades sociales, culturales y deportivas. Pero este retorno también viene de la mano de nuevas responsabilidades, o tal vez no tan nuevas, que deben acatarse para garantizar tanto el bienestar común y el personal.
Las responsabilidades sanitarias han sido un control médico anual, previo a la entrada a clases, que incluyen una valoración visual, auditiva, exámenes de laboratorio y carné de vacunación actualizado. Los controles médicos verifican el crecimiento y desarrollo de niños y adolescentes, y también permiten detectar oportunamente enfermedades o alteraciones en la salud para tomar correctivos a tiempo. El carné de vacunación, por otra parte, habla de la protección contra muchas enfermedades infecto contagiosas, la mayoría de transmisión comunitaria, y que pueden poner en riesgo la vida de las personas si no cuentan con un sistema inmunológico fortalecido y alerta.
No podemos olvidar que esta nueva realidad nos obliga a cumplir con todos estos importantes puntos:
Entre las responsabilidades que todos tenemos está el uso permanente de mascarillas en ambientes cerrados y abiertos que compartimos con más personas. Las mascarillas, de 3 a 5 capas, resultan las más eficaces para protegernos de la inhalación de aerosoles con carga viral. Las mascarillas oficiales o reconocidas como seguras son las Kn95 o las quirúrgicas. Las mascarillas de tela deben ser certificadas, y tener 3 capas, una de ellas impermeable, para tener la certeza que nos protegen.
Otro aspecto importante de las mascarillas es que deben ajustarse al rostro. Actualmente, ya contamos con mascarillas para niños pequeños, hasta los 12 años. Debemos asegurarnos que no haya espacio libre a los lados de la nariz ni bajo el mentón.
En los espacios abiertos se recomienda mantener la mascarilla cuando no es posible mantener el distanciamiento seguro, es decir, 2 metros.
Si la mascarilla se humedece, por saliva, sudor o estornudos, debe cambiarse inmediatamente. Las mascarillas quirúrgicas tienen una duración de 4 a 6 horas, según la actividad que se realice. Las Kn95 duran hasta 24 horas, siempre y cuando no se humedezcan.
Por primera vez se nos pide que tengamos un espacio de seguridad entre las personas. Se ha considerado una distancia de 1,5 a 2 metros debido a que este es el espacio por el que puede desplazarse el virus en caso de tos o estornudos. El uso de la mascarilla refuerza la seguridad de este espacio.
Esto no es nuevo. De hecho, es la primera medida para evitar el contagio de la mayoría de enfermedades infecto contagiosas. Sin embargo, esta es la oportunidad para que una medida tan simple y eficaz tenga la validez que merece. Un lavado de manos eficiente, con agua y jabón suficientes, por más de 20 segundos, basta para eliminar prácticamente todos los microorganismos que puedan entrar en contacto con nuestra piel. El lavado de manos es la primera opción siempre, debe hacerse varias veces al día, cada vez que toquemos superficies no seguras, después de ir al baño, después de toser o estornudar, cuando se vean sucias, y, sobre todo, antes de comer. Si no es posible lavarnos las manos, el uso de alcohol antiséptico de más de 69° o gel alcoholado es una medida válida, siempre y cuando cubra toda la superficie de las manos.
Al momento de regresar a clases, este año lectivo, prácticamente toda la comunidad de adultos de la UETM estamos vacunados con el esquema completo contra la COVID-19. Muchos de nuestros adolescentes mayores de 12 años también lo están, por lo que tenemos, entre todos, un entorno más seguro para nosotros mismos y las personas que aún no pueden vacunarse, como los niños más pequeños. La responsabilidad ahora no solo es individual, sino de comunidad.
Sin embargo, debido a la rápida propagación del virus y sus nuevas variantes (Delta es solo una de las más recientes). Por la falta de vacunas en muchos lugares del mundo, y la gran movilidad humana, es de vital importancia que mantengamos los cuidados básicos, porque solo así podremos retomar las actividades que solíamos hacer, con el menor riesgo posible.
De la mano todos, con un objetivo común como nuestro bienestar, salud y seguridad, será posible que este nuevo año lectivo traiga experiencias enriquecedoras para nuestros estudiantes y sus familias.
¡A todos, un feliz retorno a su casa!